Cada 14 de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño, con la intención de concientizar sobre la importancia del descanso y la prevención de los trastornos del sueño.
Los trastornos de sueño se identifican como dificultades para conciliar o mantener el sueño, somnolencia excesiva durante el día o alteraciones en la calidad del descanso.
En la mayoría de los casos se debe a diferentes factores, tales como, mala alimentación, falta o exceso de actividad física, mala hidratación, el tabaco, las drogas y el exceso de alcohol, el estrés y la ansiedad.
Vale recordar que el cuerpo funciona por ciclos biológicos internos conocidos como ritmos circadianos, los cuales regulan numerosos procesos fisiológicos a lo largo del día, incluyendo la producción de hormonas clave como el cortisol, la prolactina, la hormona de crecimiento y la melatonina.


Particularmente, la melatonina juega un papel fundamental: se libera en la oscuridad y es responsable de regular el ciclo sueño-vigilia, sincronizando funciones vitales del organismo. Cuando estos ritmos se alteran, ya sea por estrés, trabajos nocturnos, el uso excesivo de pantallas o malos hábitos de descanso; el sistema reproductivo también puede verse afectado.
De hecho, diversos estudios han demostrado que los trastornos del sueño pueden afectar la fertilidad debido a los desequilibrios metabólicos, hormonales, inmunológicos y neurológicos que generan.
A dormir
El trastorno del sueño merece una visita al médico para que evalúe el nivel grado y así definir el tratamiento adecuado.
Asimismo, hay terapias alternativas que ayudan a conciliar el sueño:
* Técnicas de relajación
* Beber algo tibio y sin cafeína
* Tomar una ducha o un baño caliente
* Leer un libro o una revista
* Escuchar música suave o un audiolibro
* Meditar
* Practicar la respiración abdominal
