Coleccionistas, melómanos, artistas, discográficas, disquerías, y otros seres afines, ninguno disiente: la calidad de lo que se escucha en un disco de vinilo es superior a cualquier otro formato. Tiene otras cualidades, por supuesto, por eso también sobrevivió a los múltiples soportes actuales.
La historia de los soportes fabricados para reproducir música es extensa, interesante y bastante técnica para quienes no están muy familiarizados con algunos términos.
De todos modos, el disco de vinilo –nacido en la década del ’50- es el protagonista, que a diferencia de otros soportes que fueron reemplazados, este resurgió con tanta fuerza que se posicionó cómodo delante de los CD que fueron los que desbancaron los discos de vinilos en la década de los ’80.
El disco de vinilo es un sonido analógico, mientras que el disco compacto o CD es digital.
En abril del 2015, en el marco de los 50 años del Rock Nacional, “Sony Argentina decidió prensar gran parte de la colección de ese género. Juntó en su catálogo a Soda Stéreo, Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta y sus bandas, tales como Pescado Rabioso, Almendra, Invisible, Sumo, y otras más, lo cual le dio un impulso importante a los discos de vinilo, que hasta ese momento tenían una minoría de culto que conseguían discos usados a diferentes precios, sobre todo en ferias e internet”, explica Marcelo Cáceres referente indiscutido del rock en el centro del país.
La llegada del CD (compact disk) a fines de los ’80 desplazó al disco de vinilo porque “En Argentina en esa época había perdido muchísimo la calidad el prensado en comparación con los importados”, recuerda Cáceres. Si bien en el país se dejó de fabricar, en el mundo y sobre todo en Europa nunca se detuvo la fabricación del producto.
El regreso
Con la revolución de los CD “pensábamos que el vinilo desaparecía, incluso en el mercado se lanzó una mega oferta a nivel latinoamericano y empezaron a liquidar discos que hoy son carísimos”, recuerda Julio “Potti” Cedamanos, Dj con una extensa carrera en el terreno musical, y vinculado al mercado de vinilos.
Después de 20 años de letargo, los discos de vinilos reaparecieron con fuerza en el mercado “algunos melómanos y Dj seguimos consumiendo discos de vinilos, el sonido de este no tiene nada que ver con el del CD, es distinto, tiene más cuerpo mientras que el sonido de un CD es más plano”, grafica Rafael Boffini, melómano, coleccionistas de vinilos desde los ocho años y organizador de la feria mensual que se realiza en Córdoba.
La realidad fue que “la piratería dejó en evidencia la debilidad del formato digital, también la aparición del streaming, tales como Spotify, Itunes, Pandora y You Tube. Esto estratificó entre consumidores bien equipados y sensibles, y quienes se conforman con una calidad de audio inferior, pero de rápido acceso”, explica Marcelo de Lado B.
Además, los entendidos alegan que la diferencia entre un formato y otro radica especialmente en la calidad de reproducción, y el método, el vinilo implica un ritual donde no hay control remoto, la fidelidad es muy superior y el tamaño de su packaging hace más interesante atesorar el coleccionismo, entre otros.
